Julio de 1988.
Garry Kasparov está 4 días en Almería, da una conferencia,
unas simultáneas, es agasajado en diferentes ayuntamientos, entre ellos en
Roquetas. Soy de Roquetas y en 2 meses vuelvo a mi pueblo, me han destinado
allí.
Días después (a finales de julio) me reúno con amigos y
formamos el Club Ajedrez Roquetas. El panorama con el que me encuentro es:
existe 1 módulo de ajedrez con 15 alumnos aproximadamente, eso sí en abril
pasado se hace un Open Activo con 800.000 pts de presupuesto. Era un dineral.
Primer objetivo que nos marcamos: fomentar el ajedrez de
base. Para que se vean mis intenciones, le digo al nuevo alcalde que no haremos
el Open y que todo eso se invierta en nuevos módulos en distintos colegios.
Poco a poco se va logrando y los éxitos como es natural llegan.
1 año sin sede y en el 90 Gabriel Cara, historiador y hombre
de pro en Roquetas nos deja un local de forma gratuita. Allí estamos hasta
1998. En esos momentos ya tenemos fuerza como club (diversos campeonatos de
Andalucía y de España en féminas y todo lo que había a nivel provincial, amén de muchas escuelas…)
y con esa fuerza nos plantamos al Ayuntamiento y nos ceden un local en el
Pabellón Municipal. Este hecho es tremendamente importante.
Desde el 92 habíamos vuelto a celebrar el Open que se
abandonó en abril del 88, pero en un ámbito primero local, luego provincial e
iba subiendo paulatinamente.
Objetivo 1: la base. Conseguido.
Objetivo 2: Éxitos y consolidación.
Objetivo 3: Local propio.
Objetivo 4: Volver a hacer un Open decente y consolidarlo.
Hecho todo esto, vemos que en Almería no existen Torneos
donde nuestros jugadores puedan conseguir ELO, tanto Nacional como
Internacional. Pensamos en un Open Internacional y ahí nace el Open
Internacional de Roquetas de enero de 1998. La fecha es elegida para que
nuestros jóvenes ajedrecistas puedan jugarlo. Es el 5º objetivo y creemos que
está lográndose.
El Open va creciendo lentamente, pero el Club pasa por un
periodo de cierta languidez, estoy cansado (¿o harto?), me veo solo…llega
Javi Garrido. Con él vuelve a
dinamizarse el ajedrez a nivel de Club y a nivel de Open. Realmente en este
siglo, el ajedrez roquetero es dirigido por Garrido, aunque yo hasta 2018 le
haya echado una mano.
Los inicios, por José Manuel Martínez Magán
Octubre de 1991.
Soy un niño de 10 años que se ha traslado a vivir a Roquetas
de Mar desde Almería. Lo hice justo el año anterior, a mediados de curso, por
lo que casi no me dio tiempo a hacer ninguna actividad extraescolar ese primer
año. En Almería había jugado algo al balonmano, también al fútbol y en la
televisión, después de ver a Barrio Sésamo, había un tipo sin pelo que
explicaba cosas sobre un mural, era el ajedrez. Así que al comenzar el nuevo
curso, entre otras actividades, se corre la voz que hay ajedrez, que la imparte
un maestro de inglés y yo me intereso.
Es mi primera toma de contacto con el ajedrez y con el Club
Ajedrez Roquetas. Más tarde, me entero que hay torneos municipales, incluso
provinciales…y que en Roquetas, además de haber ajedrez en mi colegio, Las
Lomas, también hay en Aguadulce, Las Marinas y el centro de Roquetas (allí
conoceré a Magán).
Tranquilos, no seguiré contando mis andanzas de niño…solo
una pequeña introducción de lo que supone el Club Ajedrez Roquetas. Siempre ha
sido un club con amor por este deporte, por hacer las cosas bien sintiéndonos
parte de una pequeña familia y sin ningún interés mayor.
Como contaba anteriormente Magán, en una localidad que
todavía no había crecido, se había introducido un germen con una cantera de
niños que pocos podían predecir. Lo importante, para mí, no eran los éxitos
individuales (campeonatos de España y Andalucía) sino que era el flujo de
personas involucradas y que podían conocer el ajedrez. Evidentemente, para
contar con el apoyo institucional, no solo basta con un germen.
A los 16 años, no sé si incluso un poco antes, ya se contó
conmigo para ser uno de los monitores de las escuelas. Casi me gustaba más la
enseñanza, que jugar. Posiblemente influyera esto en la carrera que decidí
estudiar en mi época universitaria. Desde esa perspectiva, se podía apreciar
perfectamente lo que supuso el gran trabajo de Magán. No me imagino coger eso
desde cero y levantarlo a dónde llegó. Yo seguí siendo monitor hasta que entré
en la universidad y no pude (o no quise) compaginarlo todo. Así que mi relación
con el ajedrez desde los 18 años hasta los 25, fue casi testimonial. Aunque
nunca faltaba a citas importantes como algún social y algún Open.
Hablando de Open…quizás nuestro torneo insignia. Como
nuestro club, también sufrió modificaciones y por tanto evolución. Casi no
recuerdo las primeras ediciones en las que pude participar (si es que lo hice),
en las que se jugaba a ritmo activo. Torneo de un solo día, pero no por ello de
poco nivel. No en vano, participaban jugadores como Mihai Suba (en su mejor
época) o incluso el actual Presidente de la FEDA, el MI Javier Ochoa.
Pero se evolucionó y se convirtió en un torneo FIDE, válido
para Elo Fide. Así los primeros años, aunque casi de inmediato, ya valedero
para Normas Internacionales. Era un éxito y casi un honor, poder contar con 2-3
Grandes Maestros y otros 4-5 Maestros Internacionales. Pero el gran éxito era
que los niños y niñas de nuestro club, podían enfrentarse a ellos. Lógicamente,
también se beneficiaban otros niños de la provincia o incluso del panorama
nacional.
Por nombrar a alguno reconocido: Pepe Cuenca, José Carlos Ibarra o el propio
David Antón siempre han sido fijos en nuestro torneo desde muy jóvenes. Otros
grandes jugadores como Iván Cheparinov, Julio Granda o Alexei Shirov, también
pasaron por Roquetas.
En 2005, cuando llevo unos años despegado del ajedrez, mi
vida cambia de forma drástica. Sufro un accidente de tráfico en el que mi
cadera queda muy mal parada. Varias operaciones y mucho tiempo de espera por
complicaciones varias, hacen, que por lo pronto, ya no pueda trabajar a lo que
me dedicaba en ese momento.
Tras el accidente, estuve 30 días hospitalizado y otros 17
días en mi casa sin salir (yo ya conocía lo que eran las cuarentenas)…y la
primera vez que salgo nuevamente de mi casa, es por una llamada para ir a jugar
el Social de Roquetas. Mi madre no quería, pero la insistencia de mis
compañeros de club, que vinieron a por mí y me sacaron con la silla de ruedas,
hizo el resto. Jugué ese torneo, con varios niños de las escuelas, el resultado
era lo de menos, pero quedé el penúltimo…así que podemos decir, que
ajedrecísticamente, empezaba de cero.
Al querer volver a jugar un poco, descubrí, que la gente de
mi “quinta” estaba un poco como yo: “missing”. Era lógico, ya que o bien
estudiando o bien trabajando, dedicar al club tanto tiempo como de jóvenes es
complicado. Magán mantenía el hilo de vida del club, él decía que por
languidez, pero posiblemente el verse tanto tiempo solo, debe mermar la moral.
La cuestión es que yo tenía tiempo y ganas. Increíblemente,
encontré como aliados a jóvenes, que incluso yo mismo inicié en mi época de
monitor, para que me ayudasen a reflotar un poco el club. Siguiendo los pasos
de Magán, la base serían las escuelas. Y así comenzó el repunte. De algo menos
de 20 alumnos, a los 150 que estamos teniendo estos años. Un gran salto.
En el Open Internacional, pasó algo parecido, pero con toda
la dirección de Magán y ajustes para ir mejorando. No parecía sencillo, pero se
pasó de contar con unos 70 jugadores en el primer Open de “lentas” a contar con
alrededor de 280 jugadores en lo que ahora mismo denominamos “Roquetas Chess
Festival”.
Toda esta historia tiene un punto en el tiempo importante,
cuando Magán decide que ya es hora de decir adiós a la presidencia del club y a
la dirección del Open. Se cumplen 30 años de su gestión y quiere redondear la
fecha. Su legado es el Club de Ajedrez y si se mantiene sin él, querrá decir
que lo ha conseguido, aunque cada vez con mayores dificultades, sigo su legado.
Seguramente tengamos que volver a reinventarnos, pero no
debemos perder nuestra esencia.
Hasta hoy por Javier Garrido Fernández.
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